El origen de los procuradores

El origen de los procuradores

La imagen de un procurador de los tribunales en Benidorm no es algo nuevo sino que esta figura se remonta hasta nada menos que la época de los romanos cuando se les conocía como procurator, aunque por aquel entonces, la misión que tenían era ligeramente a la que conocemos hoy en día.

Así era el procurador en la época romana

Por aquellos siglos, el procurator era una especie de gestor, la mano derecha de un señor (dominus) y era el encargado de tratar sobre todas las cuestiones que estaban relacionadas con su patrimonio, bien fuera económico o sus propiedades.

Eran ideales para representar a su señor en los juicios o asuntos oficiales que tuvieran que ver con él cuando éste estuviera ausente o en caso de que éste se lo encomendase.

La figura del procurador cambiaría con la llegada de la época de los visigodos a pesar de que se seguiría manteniendo prácticamente todas las figuras del Derecho Romano, aunque poco a poco se fueron introduciendo cambios.

Según aparece en el Libro I del Breviario de Alarico se establece que en este caso, los procuradores no podrían ser ni infames ni mujeres y que podría llegar a pagarse dinero a un hombre para que éste representase a otro en un proceso.

Por otro lado, en esas mismas escritoras se destaca la obligatoriedad de contar con un representante en determinados procedimientos judiciales, siendo en aquellos siglos, el origen de una importante figura que no ha dejado de evolucionar hasta convertirse en lo que son hoy en día.